Evaluación de pastos y forrajes para la mejora de la alimentación de las vacas lecheras en la zona alta de Costa Rica Thesis uri icon

Resumen

  • El proyecto de tesis pretende contribuir a mejorar la producción del vacuno de leche y reducir los costes de producción de los sistemas lecheros de la zona alta de Costa Rica, mediante el adecuado manejo y utilización del pasto y los forrajes en la alimentación del ganado de forma ambientalmente sostenible. Para ello se ha evaluado en las estaciones seca y húmeda la disponibilidad y calidad nutritiva del pasto kikuyo (Kikuyochloa clandestina) cuando es aprovechado en pastoreo rotacional a intervalos de 30 días, en tres fincas comerciales ubicadas a los 1800, 2350 y 2700 m de altitud. También se estudió su patrón de crecimiento, mediante cortes quincenales desde los 15 a los 90 días de rebrote en las mismas estaciones y altitudes. Además, se han evaluado como fuentes de forraje complementarias del pasto, dos gramíneas (ryegrass -Lolium multiflorum- y kikuyo) y tres cereales forrajeros (avena -.Avena sativa-, maíz -Zea mays- y sorgo -Sorghum almum-), valorando su producción, valor nutritivo y potencial de ensilabilidad cuando son cultivados en las altitudes mencionadas solos o en asociación con veza (Vicia sp.) durante la estación húmeda. En un último experimento con vacas lactantes en pastoreo rotacional en una explotación comercial situada a 2350 msnm, se ha valorado el efecto de suplementar con ensilado de avena o forraje verde de kikuyo en la producción y calidad de la leche, la excreción urinaria de derivados puricos y la ingestión de pasto estimada mediante la técnica de los n-alcanos. Finalmente se realizó un balance anual de gases de efecto invernadero (GEI), estimando los equivalentes de dióxido de carbono (CO2 eq) emitidos y retenidos por los sistemas de producción de las tres mismas explotaciones comerciales utilizadas en las actividades anteriores.

    Los resultados sobre disponibilidad del pasto kikuyo indican que la producción fue similar entre altitudes durante la época lluviosa (30,0 ± 0,08 t MS ha-1) y superior (P = 0,0005) que la registrada en el periodo seco excepto a los 2700 msnm en los que el rendimiento fue menor que a las otras dos altitudes en esta época (2,0 vs 2,5 ± 0,13 t ha-1). La calidad nutritiva del pasto kikuyo vario poco a lo largo del año y entre altitudes, con excepción del contenido en MS que fue mayor (P < 0,0001) en la época seca (18,8 ± 0,55%) que en la húmeda (14,6 ± 0,39) y superior (P < 0,0156) a los 2700 que a los 2350 y los 1800 msnm (17,9 vs 15,8 y 16,4). La DIVMS tendió a ser algo mayor (P = 0,0947) en la época seca que en la lluviosa (73 y 69; SED = 2,14%) mientras que el contenido en PB fue similar entre épocas y altitudes (18,6 a 19,6%) excepto a los 2700 m en los que se paso de un 21,4 ± 0,45% de PB en la época de lluvias a 17,2 ± 0,64% en la época seca.

    La degradabilidad de la MS y la PB del pasto kikuyo no vario significativamente entre la época seca y lluviosa para los valores de la fracción soluble (a), potencialmente degradable (b) y el potencial de degradación (a+b), aunque en el caso de la PB el potencial de degradación tendió (P = 0,0876) a ser ligeramente superior en la época lluviosa que en la seca (94,0 vs 93,0 SE= 0,14), mientras que en el caso de la MS, el ritmo fraccional de degradación (c) fue superior (P = 0,0001) en la época seca que en la lluviosa (0,0385 vs 0,0375 RSD = 0,33). A pesar de ello y dada la similitud de estos valores, cuando se calculó la degradabilidad efectiva (0,08 h-1), no se apreciaron diferencias significativas entre épocas de pastoreo, siendo aceptable asumir valores medio de degradabilidad de la MS del y de la PB del 41,0 y del 54,7 respectivamente, a intevalos de 30 días.

    El patrón de crecimiento acumulado del pasto kikuyo se ajustó bien al modelo de Gompertz (R2 entre 0,97 y 0,99), pudiéndose estimar que la tasa media de crecimiento de MS alcanzó su máximo valor entre los 49 y los 65 días tras el rebrote, en función de la época y la altitud, con una producción acumulada de 3,3 a 5,9 t ha-1. Sin embargo, a partir de los 45 días de crecimiento la digestibilidad se redujo considerablemente, por lo que al modelizar la producción de MS digestible, la tasa media de crecimiento alcanzó su máximo en torno a los 38 y los 47 días en la época lluviosa y seca, respectivamente. La PB también descendió en promedio 2,52 unidades porcentuales y la FND aumentó en 1,33 unidades entre los 45 y los 60 días de crecimiento, por lo que se sugiere cosechas el pasto kikuyo alrededor de los 45 días.

    Con respecto a la producción de los cultivos forrajeros, se encontró dificultad de adaptación del maíz y sorgo a la mayor altitud (2700 m) y falta de respuesta a la asociación con la leguminosa en la producción de MS (P= 0,2576) y MSD (P0 0,6645). También, se observaron diferencias (P = 0,0024) entre forrajes según la altitud de siembra, siendo la avena el cultivo con mayor producción de MSD por corte en todas las altitudes (7,2, 7,7 y 7,9 t ha-1), aunque el rendimiento por día fue semejante al del kikuyo y el ryegrass (62,2 vs 65,2 kg ha-1 d-1). El maíz fue la única especie con diferencias de rendimiento (P = 0,0503) entre los 2350 y los 1800 m de altitud (6,3 y 4,8 SE= 0,387 para 1800 y 2350 m). La asociación con veza redujo el potencial de ensilabilidad e incremento los efluentes en los ensilados de kiyuyo y ryegrass, presentando todos los cereales mayor potencial de ensilabilidad, y sus ensilados mejores valores de pH y parámetros de fermentación que los pastos.

    No fue posible determinar la ingestión de MS de las vacas lactantes mediante la técnica de los n-alcanos, debido a que la toma de una única muestra puntual de heces diaria no representó adecuadamente la concentración media de parafinas en las heces totales diarias. Por ello, se sugiere la obtención de al menos dos muestras por día, en el momento de los ordeños. Mediante la estimación de la ingestión de pasto a partir de las necesidades de mantenimiento y de producción de leche, las vacas suplementadas con ensilado de avena consumieron un 5% más de MS que las alimentadas con forraje de kikuyo. Esta diferencia se reflejó en un tendencia a aumentar (P = 0,0925) la producción de leche de 14,8 a 15,6 ± 0,27 kg día-1 sin variación en su composición, aunque la producción de proteína y lactosa aumentaron (P = 0,0429 y P = 0,0205) al suplementar con el ensilado de avena (proteína 0,562 y 0,519 ± 0,0125, y lactosa 0,755 y 0,695 ± 0,0138 kg día-1 para ensilado y kikuyo, respectivamente).

    La excreción urinaria de derivados del metabolismo de las bases púricas, como índice de la producción de proteína microbiana en el rumen, no fue afectada significativamente (P> 0,05) por el tipo de suplementación forrajera, ni cuando se expresó en mmol día-1 (P = 0,2452) ni cuando lo fue en mol kg-1 PV0,75 (P = 0,1536).

    Po último, se ha evidenciado que los sistemas de lechería especializados presentan un balance positivo de GEI, debido a la fijación de carbono proporcionada por el suelo y la biomasa leñoso conformada por el área de bosque, los árboles dispersos en las pasturas y las cercas vivas. Sin embargo, las emisiones se podrían reducir con la adecuada estructuración del hato y optimizando la fertilización nitrogenada.

Fecha de publicación

  • 2015