Resumen
- La siembra de los cultivos asociados de maíz y pastos, con el fin de establecer o renovar praderas, es una demostración de los beneficios que ofrece la integración de la agricultura y la ganadería para la obtención de productos competitivos para beneficio de los productores, las empresas comercializadoras y los consumidores. Las recomendaciones tecnológicas que se presentan en esta publicación han sido probadas con éxito en fincas de productores de la Altillanura y del Piedemonte llanero durante los últimos 10 años, por lo tanto son opciones validadas para que el productor las adopte. Los productos que se obtienen en la integración de cultivos, por una parte está la cosecha del maíz, que puede ser con corte de toda la planta para obtener forraje ensilado a la edad de 80 días, o grano de maíz, el cual es cosechado cuatro meses después de la siembra. Cualquiera que sea el destino que se le dé al maíz en su cosecha, también se obtienen pastos con alta disponibilidad de forraje para los bovinos. En los últimos años, también se ha utilizado el sorgo o la soya como cultivos asociados con los pastos, con buenos resultados, especialmente para su utilización como forrajes conservados en silos para la alimentación animal en la época seca o como suplemento alimenticio en cualquier época del año.