Resumen
- Inesperadamente la pandemia del Covid-19 surgida a inicios del presente año, ha impactado en los países Latinoamericanos y el Caribe afectándolos de manera diferente, pero con efectos visibles, partiendo de lo sanitario y repercutiendo en lo económico, comercial y social, dado el confinamiento obligado y forzado, y el cierre de fronteras, establecido para contener la diseminación del virus. Esto ha provocado una pausa generalizada de la rutina diaria de las personas, de las empresas privadas, entidades públicas, restricciones al comercio, al tráfico de bienes (insumos y productos), a la prestación de servicios. También otras medidas cuyas consecuencias han obligado a los estados a contraer obligaciones financieras impensadas para mantener dinámica la economía en un contexto de parálisis mundial, aumentando su endeudamiento externo y a la vez deteriorando sus situaciones fiscales, todo lo cual va a dificultar, sin duda, el comportamiento económico y las decisiones y posibilidades de inversión de los gobiernos una vez se encuentre la “nueva normalidad”. Este escenario sin precedentes donde los países han establecido acciones extraordinarias para contener la propagación del nuevo coronavirus y reducir las pérdidas de vidas humanas, debe ser aprovechado como una oportunidad para dar lugar a nuevas acciones y/o profundizar y hacer más eficaces otras ya identificadas, y también, por sobre todo, relaciones necesarias para instalar una transformación en las políticas de desarrollo rural y territorial, ubicando la necesidad de contar con nuevos enfoques para la asociación y la colaboración, con visión compartida en el cooperativismo agrícola.