Resumen
- Los humedales son vitales para la supervivencia humana. Son uno de los entornos más productivos del mundo, cunas de diversidad biológica y fuentes de agua y productividad primaria de las que dependen innumerables especies vegetales y animales para subsistir. Proveen gran cantidad de beneficios o “servicios ecosistémicos” a la humanidad, desde suministro de agua dulce, alimentos y materiales de construcción y biodiversidad, hasta control de crecidas, recarga de aguas subterráneas y mitigación del cambio climático (Convención Ramsar, 2017). Ocupando entre 4 y 6 % de la superficie terrestre, los humedales desempeñan un papel importante en el ciclo del carbono (C) del planeta y en el caso de los orgánicos (Histosoles), éstos constituyen el principal sumidero de carbono por unidad de superficie, en relación con otros órdenes de suelos. Es por ello que las entidades competentes en el campo ambiental, agrícola y de infraestructura civil se deben abocar a proteger los humedales y a desarrollar estrategias y herramientas dirigidas a preservar la salud de dichos ecosistemas. Dada la urgencia e importancia de atender los ecosistemas de humedal de manera integral, Costa Rica diseñó la Política Nacional de Humedales 2016-2030 que señala acciones para abordar las principales problemáticas en este campo. De esta forma, se busca atender a los ecosistemas en sí, mediante distintos mecanismos, y a las poblaciones humanas vinculadas a ellos.