Resumen
- El suelo es un sistema biológico complejo y dinámico que constituye el pilar fundamental del manejo integrado, debido a las relaciones que en él existen entre la diversidad microbiana, por una parte, y su funcionamiento y estabilidad, por otra. El manejo integrado de enfermedades consiste en la utilización oportuna de diferentes componentes que representan otras tantas tácticas adecuadas para el cultivo. Estos componentes incluyen la selección y preparación del terreno, el control biológico, el uso de cultivares resistentes, la resistencia inducida, el priming, la rotación de cultivos, la diversidad botánica y genética (inter e intraespecífica), la modificación del medio ambiente y, si es necesario, la aplicación de plaguicidas. Estos componentes deben aplicarse de manera coordinada e integrada para maximizar sus beneficios y deben ser compatibles con las prácticas culturales esenciales para el cultivo; sin embargo, la integración de los diferentes componentes exige un alto nivel, es intensiva en conocimiento técnico, experiencia y destreza, y requiere de una mejor comunicación con los productores y de tecnologías innovadoras que mejoren la efectividad del programa de manejo. Aquí discutimos los enfoques y métodos disponibles, identificamos algunos de los desafíos y oportunidades, y recomendamos la interacción entre científicos de diferentes disciplinas, asistentes técnicos y productores, para desarrollar e implementar programas de manejo integrado de enfermedades.